“Lady Susan” es una pequeña novela epistolar, escrita por la autora británica Jane Austen (1775-1817), aunque no se sabe precisamente la fecha en que la comenzó y la terminó, esto fue entre los años 1794 y 1805. Sin embargo, la obra no se divulgó hasta 1870. La obra, que la autora había dejado sin título, recibió uno de parte de su sobrino James Edward Austen Leigh. Todos estos datos se aclaran en el prólogo a la edición que poseo, escrito por Eduardo Berti, de quien también es la traducción, para Ediciones de la Banda Oriental.
Debo mencionar que esta es la
primera obra de Jane Austen que leo, y verdaderamente su lectura me ha sido
satisfactoria. Sobre todo, entretenida. Leí la novela corta prácticamente de un
tirón, en un día, motivo por el cual tal vez algunas cosas hayan abandonado mi memoria. Sin embargo, creo que lo más importante ha sido la visión general
que obtuve de la obra, y las cuestiones literarias que quiero resaltar.
En primer lugar, es notable cómo se
realiza la caracterización de los personajes. Desde las primeras clases de
literatura aprendemos que los personajes se caracterizan por lo que dicen y
hacen, y por lo que otros personajes dicen de ellos. En el caso de esta obra,
por ser precisamente una novela epistolar, compuesta por cincuenta y un cartas
que se envían varios personajes entre sí, la caracterización se da de una
manera doble. Esto es: cuando un personaje escribe una carta, al leerla el
lector va construyendo la personalidad del mismo; pero además, en esta misma
carta se describen a otros personajes, sus actos y sus dichos, por lo que los
caracterizamos a través de los ojos de quien escribe. Y esta experiencia
resulta muy enriquecedora para la construcción mental que debe elaborar el
lector, dada la multiplicidad de personajes, de cartas, y de hechos
conflictivos que los obligan a escribirse entre sí.

La protagonista de esta obra es,
pues, una anti-heroína, una mujer altamente manipuladora, que para obtener lo
que quiere hace uso de su increíble belleza y, sobre todo, su retórica, para
convencer, principalmente, a los hombres que la rodean. Sin embargo, ésto no le
resulta tan bien con las mujeres: el rol antagónico del libro lo lleva a cabo
el personaje de Catherine Vernon, su cuñada, que se da cuenta inmediatamente de
sus intenciones, e intenta frustrar sus planes.

Para terminar me gustaría hacer mención
de dos cuestiones. La primera, en relación a la obra, es que, a pesar de que
ésta ya ha sido llevada al cine (sólo que aún no se ha estrenado en todos los
países latinoamericanos), se me ocurrió durante la lectura que si hay dos
actrices a las cuales los roles de Lady Susan y Catherine Vernon les quedarían
más que perfectos serían a (una joven) Jessica Lange y a (una joven) Meryl
Streep, respectivamente (se adjuntan imágenes). Esto se reafirma en mi imaginación pensando en uno de los
puntos más álgidos del libro: cuando ambas se confrontan, lanzándose mutuamente
indirectas, ataques disfrazados, lo que aumenta la tensión del lector.

Dardo Andrés Arbiza