lunes, 26 de diciembre de 2016

La Navidad y el cine: "Una historia de Navidad" (1983)


          En ciento veinte años de cine, la Navidad ha sido uno de sus temas preferidos. La película más antigua conocida es “Scrooge, o el fantasma de Marley”, que es también la primera adaptación de la celebrada obra de Charles Dickens, “Cuento de Navidad”, que posteriormente recibiría más de una decena de nuevas versiones.
            Se puede decir que existen dos tipos de películas navideñas. Primero, aquellas que tratan concretamente el tema navideño, como la celebración, los presentes, Santa Claus, el Árbol de Navidad, etc. Luego están aquellas que transcurren durante la época de Navidad, o que están relacionadas con esta de una forma menos directa o menos evidente. En la primera categoría entra perfectamente “De ilusión también se vive”, de George Seaton. En la segunda podríamos ubicar, por ejemplo, a “¡Qué bello es vivir!”, de Frank Capra.
            Antes de pasar a comentar la película principal de este artículo, dejaré una pequeña lista de las películas que toda persona movida por el cine y el espíritu navideño debería ver.
            Estas son:
-          “Cuento de Navidad” (1938)
-          “Cita en San Luis” (1944)
-          “¡Qué bello es vivir!” (1946)
-          “De ilusión también se vive” (1947)
-          “Blanca Navidad” (1954)
-          “Muchas gracias, Mr. Scrooge” (1970)
-          “Una historia de Navidad” (1983)
-          “Gremlins” (1984)
-          “Mi pobre angelito” (1990)
-          “Eduardo Manostijeras” (1990)
-          “Pesadilla antes de Navidad” (1993)
                  En opinión de quien escribe, “¡Qué bello es vivir!” es la mejor película navideña de la historia.
                  Ahora ocupémonos por un rato de la séptima entrada de la lista, que he tenido el agrado de ver hace muy poco.
                 “Historias de Navidad” (A Christmas Story en inglés) es una película de 1983 dirigida por Bob Clark, con Peter Billingsley, Melinda Dillon y Darren McGavin en los papeles principales. El guion es la adaptación de un libro de cuentos autobiográficos de Jean Shepherd, y cuenta un conjunto de anécdotas acaecidas a una familia de Minnesota en los años 40.   
                   En el momento de su estreno el film tuvo una recepción bastante pobre, tanto por parte del público como de la crítica. Sin embargo, con el paso de los años y las reemisiones anuales, la cinta ha ganado un prestigio notable. Actualmente se la considera entre las mejores películas navideñas de la historia. 
                   El film está muy bien realizado, y aparenta cumplir con lo que se propone. No me parece pretenciosa, ni ambiciosa. Es sencilla, familiar, y muy sutil. Emplea un humor ingenioso, presentando situaciones extrañas, a veces grotescas, con cierta pincelada de humor negro. Es una deliciosa comedia, que no agota sus recursos nunca; de principio a fin el espectador presenciará situaciones impregnadas de la más absurda e insólita comicidad. 
                   Se nos muestra una familia para nada ideal, muy cotidiana, muy cercana a la de cualquiera de nosotros. Viven el día a día enfrentando sus problemas, a veces resolviéndolos, y a veces simplemente aprendiendo a convivir con ellos. La relación que se produce entre personajes tan heterogéneos y raros, resulta mucho más familiar y amena, que aquella que muestran películas con gente “más normal”. 
                    El guion es inteligente, y más allá de algunos desperfectos minúsculos, me parece que está muy logrado. La fotografía no es excelsa, pero es la adecuada. El montaje se lleva todos los aplausos; es interesante, algo original para su tiempo y ayuda mucho a aumentar la comicidad de las escenas. 
                     Las actuaciones son, en general, bastante buenas. La película pedía cierto histrionismo en algunos de sus personajes, así como cierta profundidad, cierto sentimentalismo en su frustrado protagonista, y creo que todos los actores dieron lo mejor de sí. La interpretación más destacada es sin duda la de Peter Billingsley. 
                     La trama principal, el peligroso regalo deseado por Ralphie, juntos con todas las otras subtramas que se entrecruzan constantemente (la composición de Navidad, la "pierna lámpara", el bullying en la escuela, etc.) funcionan muy bien en conjunto. Corren de la mano hacia un final que no tiene la intención de resolverlo todo, pues también resulta cotidiano y familiar. 
                     Algo muy notable de la película, que ayuda a desarrollar varias de las subtramas y a entender mejor al protagonista son las frecuentes ensoñaciones de Ralphie. Alimentan la tensión general sobre la resolución de la trama, y divierten muchísimo al espectador.
                     En conclusión, tenemos ante nosotros una sabrosa comedia que, siendo ella imperfecta, muestra a su vez los imperfectos de una familia americana en tiempos de Navidad, y los de la Navidad misma. ¡Un deleite! 



Nota: 8/12








                                                                                                                                                                                                        




                                                         

viernes, 9 de septiembre de 2016

Literatura: Ocho poemas de Charles Baudelaire

                       Hace poco culminé la lectura de “Las flores del mal”, obra notable de este genial poeta francés del siglo XIX. Fue una experiencia enriquecedora y muy placentera.
                        La obra está dividida en seis partes, a saber:
I.                   Spleen e ideal
II.                Cuadros parisinos
III.             El vino
IV.             Las flores del mal
V.                Rebelión
VI.             La muerte

Me propuse para este artículo seleccionar ocho poemas de mi agrado, para recomendar al ocasional lector, y hacer breves comentarios. Trataré de que haya en mi selección al menos un poema de cada parte, y dejaré enlaces para que puedan ser leídos en las traducciones que juzgue más acertadas. Dicho esto, empecemos.
De Spleen e ideal:
1)-“El albatros”
En la primera parte del libro, Baudelaire nos presenta un mundo caótico y desolador, donde toda aspiración por la pureza o lo ideal se ve terminantemente frustrada por la tentación del mal. Aquí el poeta propone al tedio como origen de ese acercamiento a lo prohibido, a lo impuro.
El poema recomendado no es otra cosa que una alegoría, que representa al poeta sumido en un mundo condenado a la perdición. Él es más grande que ese mundo; lo trasciende. En él se siente perdido, solo e inútil. No puede vivir en ese mundo de caminantes, y por eso es rechazado. El paralelismo es claro: el cielo y la poesía; la cubierta del barco y la miseria. El poeta sufre las consecuencias del tedio, que embriaga al hombre corriente y lo envilece. No puede adaptarse a ese mundo oscuro en el que es objeto de burla.

2)- “Correspondencias”
Este soneto postula la existencia de dos mundos, que al mismo tiempo postulan al hombre mismo. Tenemos, por un lado, el mundo espiritual, del pensamiento y las ideas. Por otro, el mundo material, de las sensaciones. El poema plantea que los elementos del mundo material se corresponden con elementos del mundo espiritual, de una forma desconocida. El poeta tiene la capacidad y el deber de descubrir esas relaciones. Todo lo material esconde un secreto que va más allá de sí mismo. Hay un lenguaje que es confuso para el hombre, y que debe ser interpretado. El mundo es un bosque de símbolos. El poeta se adentra en esa naturaleza de vivos pilares –a la que pertenece y por eso le es familiar-, y descubre las correspondencias entre perfumes, colores y sones. Baudelaire se vale del hipérbaton y la sinestesia para transmitir su idea, logrando imágenes maravillosas. Las correspondencias también se establecen dentro de cada uno de los mundos, y su descubrimiento es muy dificultoso, ya que todo allí es confuso. 
3)- El muerto jubiloso
Este poema es un canto de liberación del martirio de la vida. Una oda a la muerte como salvación para el hombre. Evadir la sociedad y el mundo terrenal es el propósito del yo lírico; rehúye por lo tanto las tradiciones funerarias y se hace amigo del gusano y los cuervos. La imagen de la carroña consumida por parásitos es muy frecuente en la obra de Baudelaire, y tal vez aquí esté más presente que en cualquier otro poema. El poeta se siente solo, angustiado, pero principalmente se siente derrotado por el resto del mundo, por el sinsentido de la vida. Está invadido de odio, y descubre en la muerte el único camino posible para escapar al tormento. Si bien el hombre se muestra jubiloso ante su hallazgo, ante la muerte, deja vislumbrar en el último terceto un cierto temor, asociado al desconocimiento de lo que sucederá luego.

De Cuadros Parisinos:
1)- A un transeúnte
En general, en esta parte de la obra Baudelaire nos presenta a París como una segunda naturaleza creada por los hombres. Edificios por árboles, calles por senderos, hombres por animales… La declara aborrecible y hostil, y así la muestra, con mucha persistencia, en todos los poemas de esta sección.
No sucede de otra forma en este, donde se expone un fugaz encuentro del poeta con una mujer, un transeúnte que pasa y lo deja, y desaparece para siempre. El hombre percibe en la mujer una especie de salvación de ese mundo hostil, un poco de felicidad, la aniquilación del tedio, del spleen, del perpetuo hastío. Pero inmediatamente se da cuenta de que su oportunidad se ha esfumado a la velocidad de un rayo, y que, nuevamente sumido en la noche, tendrá que seguir esperando un instante para renacer, tal vez también por causa del amor.
Algo muy importante en este poema, enfatizado por Baudelaire mediante metáforas y antítesis, es el tiempo. Hay una brutal e injusta diferencia entre el tiempo que dura el spleen (que a su vez contribuye a aumentarlo) y el que dura el encuentro, o cualquier señal de salvación. El poeta finaliza la obra expresando con declamaciones el fastidio por la oportunidad desperdiciada, mientras regresa a su tediosa vida parisiense.

De “El vino”:
1)- El alma del vino
                        En este caso me parece que el término “espíritu” es más apropiado, porque permite entender mejor la idea central de la obra. No es necesario señalar el tema de esta sección que profundiza en el hábito de beber vino y en el vino mismo. Esta bebida aparece como amiga fiel del poeta; le proporciona la clarividencia necesaria para hacer poesía, de alguna manera lo acerca a Dios. La imagen del espíritu del vino encerrado en la botella recuerda a las historias árabes de los genios encerrados en lámparas, que conceden deseos, y son capaces de realizar milagros. El vino no olvida su origen, reconoce en el hombre a su creador y lo eleva, ofreciéndole sus servicios, que lo llevarán a él mismo a un lugar más placentero que la vieja botella. Es notable cómo el vino, yo lírico del poema, se vale de lúcidas metáforas, símiles o sinestesias, para convencer al hombre de sus valores y pedirle que lo beba. El vino no sólo tiene la capacidad de aliviar las fatigas, calmar el dolor, pasar el tiempo, sino que también posee el don de dar la inspiración que tanto busca el poeta. Esa es su principal misión.
                        http://ciudadseva.com/texto/el-alma-del-vino/
                       
                        De “Las flores del mal”:
                        1)- Lesbos
                        Lesbos es una isla griega habitada desde la antigüedad. Allí vivió y escribió la famosa poeta Safo. El término “lesbiana” tiene su origen en la creencia de que en esa isla, en los tiempos de la poeta nombrada, las relaciones entre mujeres era una práctica muy común.           
                        El lesbianismo era un tema ya muy recurrido en el siglo XIX. Baudelaire dedicó su libro a su maestro, el poeta Théophile Gautier, autor de Mademoiselle de Maupin, que aborda la sexualidad femenina y las relaciones del mismo sexo. 
                        Baudelaire describe a Safo a la manera mitológica; esgrime un personaje promiscuo, sumergido en los ritos sexuales establecidos en Lesbos, en el lesbianismo, aunque no por ello rehúye el amor heterosexual (Se dice que fue amante de Alceo, y pretendió el amor de un hombre llamado Faón). Según el mito, Safo se suicidó arrojándose al mar desde la piedra de Léucade debido a que su amor por Faón no era correspondido. Baudelaire condena este acto por realizarlo en un sitio sagrado, y por violar las normas establecidas en Lesbos. Incluso la enfrenta a Platón, a quien tradicionalmente se le conoce como enemigo de los poetas, aunque esto no sea del todo cierto. La cuestión es que la verdadera Safo poco tenía que ver con el mito; ni era promiscua, ni viril, ni se suicidó. El hecho de que el poema contuviera tantas connotaciones sexuales, aunque sólo es el resultado de una cascada de obras similares desde Ovidio hasta Anacreonte, hizo que fuera censurado varias veces.

                        De “Rebelión”:
                        1)- Abel y Caín
                        Naturalmente el título alude al famoso mito aparecido en el Viejo Testamento, donde Abel y Caín son hermanos, hijos de Adán y Eva. El poema habla de las “razas” de Caín y Abel y no propiamente de estos, pero se sirve del mito para caracterizar a ambos conjuntos. Estos están completamente separados y enfrentados mediante un juego de dísticos. Así como en el mito Abel es el hermano menor, pastor cuyos sacrificios contentan en demasía a Dios, la raza que representa vive en el goce eterno, en la libertad y los placeres, en la riqueza y la armonía. Se puede decir que estamos hablando de gente que vive cómodamente, que sin mayores esfuerzos alcanza la prosperidad. La raza de Caín, representado por el esforzado personaje que no alcanza a maravillar de igual forma a Dios, es justamente la raza sin libertad, sin placeres, condenada al trabajo tortuoso, a arrastrarse y sufrir, a desear con apetito las gracias de la raza de Abel, y a vivir eternamente en la miseria.
                        El final del poema, en el último dístico, se ordena a la raza de Caín a obrar sobre ese contraste, a acabar para siempre con la prosperidad y la pasividad de la raza de Abel. Invita, en definitiva, a la raza de Caín a rebelarse ante Dios. Dios sobre la tierra implica un acercamiento a lo mundano, al trabajo, al esfuerzo. Fuera de su territorio, Dios pierde el poder de hacer distinciones entre las razas. Esto no llega a suceder. Queda simplemente la orden, que más bien parece una súplica, por algo imposible de cumplir.


                        De “La muerte”:
                        1)- El sueño de un curioso.
                        Se ha comparado este libro con La Divina Comedia en diversas ocasiones. El segmento “Las flores del mal” sería el Infierno, pero aquí no hay Paraíso; ningún personaje está destinado al éxito. Lo que tenemos es “La muerte”, donde concluye el libro, despidiendo a esos personajes condenados, para siempre.
                        La curiosidad por lo desconocido ha permitido al hombre progresar científicamente, filosóficamente y artísticamente. La búsqueda de la verdad, el sentido de la vida, lo absoluto, el intento de responder preguntas clásicas sobre nuestra existencia… Y la muerte no escapa a la curiosidad. Hay personas que lo llevan a un límite tal, que acaban recurriendo al suicidio para saciarse. Este poema es justamente eso. La fascinación de un hombre por el misterio oculto más allá de la vida, que lo lleva a buscar la muerte  y gozar cada minuto de la espera. Con ansias, aunque con cierto dolor; sabe que es posible que nunca se entere de la verdad. Morir y no saber; morir en vano.
                        Baudelaire crea un final: el hombre cruza el umbral y espera. Una aurora lo envuelve. El telón levantado y él allí sin respuesta. Descubre con decepción que no es más que eso. A mí me gustó particularmente este poema, pues la muerte ha sido el meollo de muchas de mis reflexiones nocturnas.


                        http://ciudadseva.com/texto/sueno-de-un-curioso/


Juan Ignacio Raffo

sábado, 6 de agosto de 2016

Una experiencia nueva: Stranger Things


                         
                       Este tipo de revisiones será poco frecuente, ya que rara vez veo una serie de televisión. De hecho, les tengo cierta aversión. Prefiero gastar las horas en largometrajes o actividades de otro tipo, ya que rara vez me interesan los argumentos y generalmente me parecen innecesariamente largas. Pero por razones poco claras terminé viendo esta obra de los Hermanos Duffer, experiencia que ha cambiado un poco mi postura sobre este campo cinematográfico.   
                        Netflix le ha dado al mundo la posibilidad de asistir grandes producciones cinematográficas en muy buena calidad, a un precio conveniente, sin tener la necesidad de comprar la película o de ir a un cine. Se puede reprochar el hecho de que no hay tanto como uno quiere; la gran diversidad de géneros y la diversidad de público impiden que todo lo que hay allí sea disfrutable. Yo, por ejemplo, desearía más películas de la era clásica.  
                        Esta plataforma no solamente se ha convertido en un moderno cine domiciliario sino también en una productora de obras, que ya ha dado resultados notables. Su primera producción, llamada “Beasts of no Nation”, fue un éxito de crítica. Desde entonces, tanto las series como los largometrajes han recibido, en su mayoría, grandes elogios. La más reciente serie, publicada el 15 de julio, no fue una excepción, y puede decirse que ningún trabajo anterior producido por esta compañía ha tenido tal alcance de público y respaldo crítico. Se trata de “Stranger Things”.
                        En líneas generales la historia se centra en la desaparición de un niño llamado Willy, en un pueblo de esos donde todos se conocen, durante los años ochenta. Su madre, el jefe de policía, su hermano mayor y sus amigos emprenden por separado complejas búsquedas, donde constantemente se encuentran con un muro impenetrable, donde se acaba la lógica y la realidad. Una niña con ciertos poderes y apariencia de niño aparece en medio del caos.
Se puede ubicar en el género de la ciencia ficción o fantasía, pero también hay terror y misterio.

                        Lo primero que el espectador observará será el claro homenaje que esta obra rinde a la cultura de Estados Unidos en la década de ambientación, y por lo tanto a las películas, los libros y la música de la época.
                        Hablando de la cinematografía, no hay influencia más grande que Steven Spielberg, específicamente de una de sus obras más aclamadas: E.T. La fotografía es muy similar a la de esa película. El ritmo, la intervención de los personajes y la misma historia tienen muchos aspectos en común con ese film de 1982. No es plagio; sería muy descarado. El tributo es manifiesto e innegable, y el resultado ha sido, desde mi perspectiva, fenomenal.
                        Se pueden observar claras referencias a películas como “La cosa”, “Encuentros cercanos del tercer tipo”, “Los Goonies”, “Cuenta conmigo”, entre otras. Stephen King también fue homenajeado con esta obra: la búsqueda de los niños y el enemigo oculto son comparables a los de “It”, entre otras historias de este gran autor. La música de la época aparece representada principalmente por canciones de The Clash, Toto, Peter Gabriel, David Bowie, entre otros.
                        También quiero hacer notar la enorme cantidad de referencias artísticas de otras épocas, que demuestran la alta cultura de sus realizadores, a saber: una cita de “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad y cuadros de escritores importantes como Edgar Allan Poe y Arthur Rimbaud.
                        No vale la pena entrar en detalles sobre los innúmeros clichés, que son irreprochables, ya que surgen naturalmente con la idea inicial de la obra.
                        La serie posee mucha vitalidad. Quiero decir que la trama nunca se agota; el espectador no dejará de sorprenderse en todos los capítulos. El ritmo es perfecto, minucioso. El número de ocho capítulos le quedó muy bien; no faltó nada que no se pueda resolver en una temperada posterior, ni tampoco sobró una pizca de maquillaje. Fue todo muy bien medido.
                        La escenografía es muy buena. Siempre es capaz de generar la atmósfera perfecta para los hechos.
                        El argumento fue sagazmente construido; las pocas incoherencias observables están dispersas y no le quitan solidez y encanto. La trama entretiene mucho, incita la expansión de emociones y a veces se vuelve terrorífica. Los personajes, que al principio son aparentemente poco interesantes, se van desarrollando con naturalidad, y con el tiempo se puede sentir la profundidad de sus abismos, la complejidad de sus mundos.
                        Creo que lo mejor de esta serie está en las actuaciones. Nunca había visto a una mejor Winona Ryder; simplemente increíble. La actriz de doce años Millie Bobby Brown también se luce, y no puedo dejar de admirar la increíble conexión entre los actores del grupo de amigos, y destacar la actuación del que interpreta a Mike. Esta relación, este fuerte entendimiento entre los niños me recuerda al estrechísimo vínculo que tenían Wallace Beery y Jackie Cooper, que actuando separados eran buenos, pero juntos brillaban como nadie. Es la magia del cine, que jamás había sospechado encontrar en una serie.
                        Para terminar deseo añadir que la fotografía y el montaje no son perfectos en toda la filmografía. Eso es debido al hecho de que se trabajó con un estilo antiguo en una producción moderna, por lo que en las escenas con mayor carga de efectos visuales de nuestro tiempo no supo estar a la altura, lo que se entiende perfectamente.  
                        Creo que la intersección entre dos épocas cinematográficas completamente distintas, teniendo en cuenta las técnicas propias de cada una y las implicancias de todo ello, ha sido muy eficiente. Recomiendo mucho esta serie a aquellos que disfrutan del cine de los años 1980, o que simplemente aman las buenas historias contadas de buena manera.   


Escrito por Juan Ignacio Raffo. 

miércoles, 6 de julio de 2016

Buenos Muchachos (Goodfellas, 1990), de Martin Scorsese


Ficha técnica: 
Título: "Goodfellas" (en español: "Buenos muchachos" o "Uno de los nuestros")
Año: 1990
Director: Martin Scorsese
Guion: Nocholas Pileggi (autor de la novela en la que se basa) y Martin Scorsese
Fotografía: Michael Ballhaus
Protagonistas: Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci, Lorraine Bracco. 

Con “Goodfellas” se puede decir que Martin Scorsese inventó un nuevo cine. No solamente es su obra más personal, más minuciosa, más perfecta, sino que también significa un nuevo salto en el arte del cinematógrafo. Tengo la seguridad de que muchas películas que vieron la luz después de 1990 no serían posibles sin la existencia de esta gran obra maestra, o al menos no de la manera como son. Scorsese venía ensayando modelos narrativos desde sus primeros films, y lo más notable que había logrado habían sido las maravillosas “Toro Salvaje” y “Taxi Driver”, que habían extendido el respeto hacia el director por todo el mundo.
            Creo que desde “El padrino” el cine no había visto mejor película de gánsteres. Y creo que ella firmó un antes y un después en este género tan tradicional. Ha tenido una influencia enorme en el cine moderno, incluso en el de su mismo director. Creo firmemente, por ejemplo, que “El lobo de Wall Street” extrae muchos elementos concebidos y desarrollados en “Goodfellas”.

            Discutamos un poco su contenido y sus virtudes:
Tiene un comienzo in media res, donde los “buenos muchachos” están liquidando a otro mafioso que no se sabe quién es. Inmediatamente nos llevan al pasado casi infantil del protagonista de la historia, Henry Hill, interpretado por Ray Liotta (reconozco en él un arquetipo de personaje de Scorsese, que será muy recurrido en años posteriores, interpretado principalmente por Leonardo DiCaprio). A partir de entonces vamos entrando en un mundo cada vez más oscuro, con una atmósfera cada vez más violenta, mientras el protagonista crece y se vuelve gánster profesional.
El film basa su narrativa en el coloquio y en dos narradores internos, que llevan una historia de treinta años, que se digiere con naturalidad y placer. La cotidianidad de los bajos mundos, de la “ciudad oculta”, inunda las escenas y contiene a estos hombres que gestionan constantemente el dinero o el asesinato de alguien. El retrato de la vida del gánster nunca me pareció mejor logrado; no sólo vivimos el tumulto y la oscuridad del negocio, las maldiciones y las amenazas, sino que también tenemos varios acercamientos al entorno familiar de estos tipos, cosa no tan natural en este tipo de películas. Me parece que el personaje más interesante del film es la esposa de Henry Hill, “una mujer notable”, excelentemente interpretado por la actriz Lorraine Bracco. La cinta posee un ritmo lento, sin perder consistencia. Jamás resulta aburrido al espectador. La fotografía y el guion vuelven verosímiles situaciones dignas de una comedia barata. La imprevisibilidad de los sucesos marca toda la obra y la hace más exquisita. El guion es contundente, efectivo, simpático con lo que vemos en la pantalla. Las actuaciones son todas muy buenas, especialmente las de los viejos conocidos, asiduos del director (Robert De Niro, Joe Pesci). Otros aspectos a remarcar son la caracterización de los escenarios y las vestiduras de época que acompañan al desarrollo de la trama de manera formidable, y la música tan bien escogida para cada momento. Se trata de otra película con gran armonía de elementos, donde todo encaja, donde la precisión es máxima y el resultado neto es de un valor artístico inconmensurable.
            Algo que es notable y que creo que se ha perdido un poco en los últimos films del director, es que aquí como en ningún otro caso se siente la presencia de un autor. Claramente es una obra personal; aquí culmina el trabajo de muchos años, aquí se revela un estilo, aquí despierta todo el genio de Scorsese. Y tengo la sensación de que su obra posterior gira en torno a ella, bebe de sus virtudes y a veces parece que la imita. No es (por ahora) mi película favorita del que considero mejor director del cine moderno vivo; una especia de nostalgia, o amor por el viejo cine, o yo que sé, hace que me incline por “Taxi Driver”. Sí me animo a declarar que “Goodfellas” es su obra más influyente, tal vez incluso la más perfecta y también la más scorsesiana.
Nota: 12/12

sábado, 25 de junio de 2016

Vértigo, de entre los muertos (Vertigo, 1958), de Alfred Hitchcock



Ficha técnica:
            Título: Vértigo
            Año: 1958
            Director: Alfred Hitchcock
            Guion: Alec Coppel y Samuel Taylor
            Música: Bernard Hermann
            Protagonistas: James Stewart y Kim Novak 


Es tanto lo que se puede hablar de este extraordinario film, que considero entre los mejores de la historia, que tendría que extenderme mucho e ir más allá de la idea que este blog se propone. En líneas generales, diré que es una obra excelsa, adelantada a su tiempo, increíblemente verosímil y de una importancia histórica. Pocas películas han alcanzado su perfección, han tenido una simetría y una armonía de elementos tan brillante. Es una reunión de excelencia: literatura, fotografía, música, pintura, escultura, arquitectura… Indudablemente es una de esas obras cinematográficas que reafirma la proposición de que el cine es el arte más completo. Es de un absolutismo brutal.
El tema principal es la obsesión. Se puede hablar de dos partes claramente separadas por la muerte de Madeleine. En la primera tenemos a una mujer obsesionada con una muerta, Carlota, y es investigada por un detective que padece acrofobia y vértigo. La segunda parte es como una imagen especular de la primera; tenemos al mismo detective, obsesionado con “Madeleine”, ahora muerta. Además el final también es similar. La simetría es perfecta. Y también las correspondencias. En pocas películas se puede apreciar una armonía entre fotografía, vestuario, escenografía y música tan bien lograda. Tenemos a un James Stewart perfecto, maduro, con la mirada justa para el romanticismo y la tensión. Como gran cantidad de películas de Hitchcock esta permite múltiples interpretaciones, aunque yo diría que más bien permite un estudio desde distintos enfoques. Se puede, por ejemplo, tomar la historia como la trama detectivesca que es, y creer que Scottie en realidad nunca se enamoró, y que siempre estuvo cumpliendo profesionalmente con su trabajo. Que la transformación que hizo en Judy hasta Madeleine fue una obra construida a base de sospechas e incertidumbre por lo sucedido en la torre. El film podía haber visto su final en la escena del beso en casa de Judy, justo cuando ha terminado de transformarse en Madeleine. En esa situación terminarían enamorados, ella feliz con él, su amor verdadero, y él feliz con ella, sin enterarse de nada. Pero Hitchcock fue más allá y nos dejó un final súbito, desconcertante, mucho más interesante. La escena final es una obra maestra.
Se podría hablar mucho del tema sexual, que Hitchcock hizo bien en ocultar, evitando referencias directas. En ningún momento se habla de la sexualidad de Scottie, pero esta aparece en muchos símbolos a lo largo del film. Ya se ha hablado mucho de ello; la escena en la casa de Scottie, donde “Madeleine” aparece desnuda en la cama porque él la ha desnudado, la Torre Coit, la escena inicial con el corpiño y el pasado con Midge, con alusiones a la impotencia sexual del detective, entre otros.  
Algo más que quiero añadir, que me parece muy interesante, es el paralelismo que existe con “Psicosis” (1960). En ambos films Hitchcock transmite suspense dándole información al espectador antes del final, o produciendo un cambio inaudito en la mitad del film. En “Vértigo” tenemos la muerte de Madeleine y en “Psicosis” la de Marion, cuando menos lo esperamos. Estas decisiones van con la creencia de que el suspense se genera mejor cuando el espectador sabe algo que el personaje desconoce, y lo que siente es una mezcla de nerviosismo y ansiedad, y no un suspense de incertidumbre como sería si no supiese la verdad hasta el final.

Creo que esta película merece todos los elogios que ha recibido a lo largo de los años, y  debería ser vista por todo el mundo al menos una vez. Es, para mí, la obra definitiva de Alfred Hitchcock.  

                                                            Nota: 12/12

martes, 21 de junio de 2016

Mi amiga del parque, de Ana Katz






"Liz es una madre primeriza que atraviesa los primeros meses de su maternidad, con sus conflictos y angustias, sumados al distanciamiento de su esposo que está trabajando en Chile. Liz se siente sola y busca ayuda en Jazmina, quien intenta ordenar un poco su vida. Al cruzarse con Rosa, en sus paseos por el parque, descubre un nuevo mundo: un lugar de cruces y aprendizajes. A través de esta amistad Liz transita sus miedos y prejuicios."

Sinopsis de la película



Mi Amiga del Parque una película de co-producción Uruguay-Argentina, es una comedia dramática escrita, dirigida, producida y protagonizada por Ana Katz. Otra película uruguaya que tras un mes en cartelera no logró los 5000 espectadores en los cines montevideanos. Fui a verla y en la sala en la que estaba si eramos 15 personas me dirían que exagero. 

Hoy en día el cine uruguayo si bien esta apareciendo más en las carteleras, su gente lo cataloga como un cine aburrido y no concurren a las salas, incluyendo en ese grupo películas buenas o moderadamente buenas como esta.

¿Por dónde empezar? Por el comienzo dirían muchos. ¿Cuál es el comienzo de una película? Está claro que es el guion. Mi amiga del parque cuenta con una historia solida, bien definida, que trata de los miedos y prejuicios de una madre primeriza que tiene a su esposo lejos y no cuenta con los consejos de su madre. Una persona que se encuentra en un lapso de su vida, que es un caos, lleno de nuevas experiencias, pocas horas de sueño y fobias a lo desconocido. Liz la protagonista interpretada por Julieta Zylberberg, recurre como forma de llegar a un orden en su vida, a una señora mayor que pone a prueba sus sentimientos hacia su pequeño bebe, al que no lo pudo amamantar. Por otra parte, encuentra refugio a sus pensamientos con una nueva amistad, Rosa, Ana Katz, una mujer que cuida como suyo a la bebe de su hermana y que es juzgada por otros padres por ser una persona mal intencionada.

El guion tiene un desarrollo constante, en donde coloca puntos de llamada de atención en los momentos justos para que el espectador no se distraiga de la historia, lo único que me queda incomodando es el final, donde se concluye parte de la historia y el resto se lo deja a interpretación del publico. Esto si bien es un recurso muy utilizado en el cine, en particular el cine uruguayo no le ha encontrado un punto exacto.

La banda sonora quizás sea uno de los puntos mas fuertes del largometraje. Su exactitud y sus diferentes melodías evocan los sentimientos correctos en quien lo ve. Logra aislarnos de la realidad y nos lleva al interior de la película sin mucho problema.

En la fotografía, por momentos se encuentra bien y por momentos la decisión de utilizar cámara en mano causa incomodidad al espectador que creo que en esos puntos la historia no lo busca.

A vistas generales, una película que demuestra que el cine uruguayo no es malo o aburrido. La recomiendo aunque creo que ya la están por sacar de cartelera.


Mateo Millán